Por Ainhoa Garmendia
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11 abr, 2020
LA HUMANIDAD A JUICIO Vivimos tiempos de crisis, vivimos tiempos de oportunidades. Como en toda crisis tenemos la oportunidad de cambiar para alcanzar una vida mejor, es cierto que las crisis tienen la cualidad de tambalear las cosas y esto puede resultar desagradable en ocasiones, pero no podemos limpiar la casa si no levantamos un poco de polvo, de la misma manera en ocasiones es necesario aguantar las embestidas de la vida, cuando las cosas no van por el buen camino, la vida se revuelve, pero no es más que la manera que tiene de decirnos que por donde vamos, no vamos bien. Si observamos lo que la vida nos dice, nos damos cuenta de lo equivocados que estamos en muchos aspectos, vivimos en una sociedad enferma de violencia, de odio, de envidia… de miedo en definitiva, lo que nos está conduciendo al abismo. Tenemos un modelo sanitario que le da poder al médico sobre el paciente, un modelo policial que le da poder al policía sobre el ciudadano, un modelo político que le da poder a los políticos sobre el pueblo… y es hora de despertar a una nueva realidad, la realidad humana. Como toda moneda tiene dos caras, la manera de entender el mundo que nos rodea la tiene también, podemos elegir vivir en un mundo hostil, en el que le otorgamos el poder al médico, al policía, al político… un mundo en el que necesitamos que alguien cuide de nosotros, nos diga qué tenemos que hacer, nos dirija sin descanso, o podemos recuperar nuestro poder interno y decidir vivir en un mundo que entendamos amable, generoso y en el que podemos confiar. Pero para ello tenemos que sentir esa amabilidad, esa generosidad y esa confianza en nosotros mismos primero. La manera que tenemos de observar el mundo es un reflejo de lo que hay en nuestro interior, cuanto más nos sintamos en nuestro centro, mejor reflejo haremos en el mundo y sobre los demás seres humanos, que no dejan de ser parte de uno mismo, ya que yo como individuo no existo de forma individual, existo como alguien individuado que pertenece a un solo organismo, el organismo humano. Es por ello que es tarea de cada uno observar la vida que nos rodea como un mar en el que nos movemos y al que todos pertenecemos, un mar en el que todo lo que sucede nos repercute a todos. Hemos de recuperar nuestro poder interno, esa fuerza dentro de cada uno que nos dice lo que necesitamos en cada momento, eso que hace que nos sintamos en nuestro interior con nosotros mismos y con los demás. Recuperar una medicina más integrativa que tenga en cuenta a la naturaleza y que abandone el hábito de drogar al organismo hasta que éste deje de sentir y que le otorgue al paciente el poder de sanar, un paciente que necesita ser escuchado, comprendido, que le miren a los ojos, que le traten en su totalidad, no solo como a un cuerpo doliente, sino también como a un cuerpo, a una emoción, a un alma sintiente. Ahora tenemos la gran oportunidad de cambiar y descubrir la humanidad que habita en cada uno de nosotros, para ello hemos de mirar a la naturaleza y acercarnos a ella, cuidar de nuestro entorno, recuperar nuestros valores, dejar de mirar hacia afuera y mirar hacia adentro. Deseo que esto por lo que estamos pasando sirva para que cada vez más gente despierte a una nueva realidad, hemos de confiar en la vida, en el poder de la naturaleza, en las plantas, en la tierra, en una medicina, en un modelo policial y político en armonía con el ser humano y con su entorno, siempre fue así y al ser humano le iba bien, ahora vivimos una gran crisis y hemos de aprender algo de esto y crear una vida y un mundo mejor para todos. Tan solo confía en el ser humano, confía en la vida, confía en ti. Ainhoa Garmendia Mente y cuerpo