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para el desarrollo interno

Por Ainhoa Garmendia 05 nov, 2020
APRENDER DE LA EXPERIENCIA No serías la persona que eres hoy si no hubieras pasado por todo lo que ha sucedido en tu vida. Cuando somos pequeños pasamos por traumas de la infancia que nos causan dolor, así vamos formando una serie de patrones de pensamiento y emocionales determinados que se cronifican a medida que vamos creciendo. Cuando somos mayores muchas veces no somos conscientes de que vivimos nuestra vida bajo la influencia de dichos patrones, no somos conscientes de que no se trata de lo que nos sucede sino más bien de cómo vivimos lo que nos sucede, ya que todos sabemos que ante la misma vivencia cada persona reacciona de forma distinta. Cada cosa que vivimos, por muy dolorosa que nos parezca, nos trae un aprendizaje determinado, en nuestra mano está decidir si aprendemos de la experiencia con dolor o con lucidez. Cada una de las vivencias por las que pasamos tiene un sentido en nuestra vida, cada uno de los traumas que vivimos es necesario para nuestro aprendizaje personal. Cuando venimos a este mundo lo hacemos con una serie de lecciones que nos toca aprender, al paso por esta vida se nos van revelando cada una de ellas y es ahí donde hemos de decidir si las aprendemos o no, si no lo hacemos, cada una de estas lecciones se volverá a repetir, si decidimos ampliar nuestra consciencia y aprender de la experiencia, iremos iluminando nuestro camino y enriqueciendo nuestra alma. En el momento en que pasamos por una situación dolorosa por lo general la emoción propia con la que vivimos esa experiencia no nos permite observar lo que está sucediendo de una forma limpia, no siendo capaces de tomar en ese instante el aprendizaje necesario, nos solemos enganchar a la emoción y nos agarramos al papel de víctimas, pero siempre llega el momento en el que la vida nos pone delante el instante justo con la fuerza necesaria para tomar esa experiencia y aprender lo que toca en cada ocasión. Para no dejarnos llevar por la emoción es fundamental no engancharse a ella, para lo cual es necesario darle salida, expresarla de la manera que cada uno considere, con el cuerpo, con la voz, escribiendo una carta… soltarnos de esa atadura y limpiar la manera que tenemos de ver lo sucedido. Las emociones actúan como los filtros de una cámara que modifican la realidad, de la misma manera empañan cada vivencia. La tarea es gestionar y liberar la emoción, una vez liberados de la emoción hemos de procurar tomar perspectiva y observar lo sucedido con la cualidad del observador, como si de una película se tratara en la que cada uno de nosotros es el protagonista principal, sin emoción, sin juzgar, observar el significado de la experiencia, el motivo por el que la vida nos ha puesto delante lo sucedido, hacernos conscientes y apreciar cada experiencia como lo que es, como un aprendizaje que hemos de agradecer y entenderlo como algo que, sin duda, va a nutrir nuestra alma. Con el desarrollo del observador vamos penetrando en el fluir de la vida, nos vamos entregando a sus enseñanzas y poco a poco vamos aceptando que la vida nos da en cada momento lo que necesitamos. Albert Einstein dijo algo así como que la decisión más importante que ha de tomar un ser humano en esta vida es, sin duda, decidir si el universo en el que vive es un lugar hostil que le va a aportar sufrimiento, o si por el contrario vive en un universo amable y bondadoso que va a traerle en cada momento lo que necesita. Hemos de abrirnos a las experiencias de la vida, saber que nuestra estancia aquí tiene un sentido de aprendizaje, hemos de confiar por tanto en el universo que nos rodea y si queremos encontrar el sentido a nuestra existencia debemos sin duda dejarnos fluir por el río de la vida. Ainhoa Garmendia Mente y Cuerpo
Por Ainhoa Garmendia 05 nov, 2020
DESARROLLO INTERNO Es muy común referirse a un proceso de aprendizaje terapéutico con el nombre de “crecimiento personal” pero en mi opinión se trata de un término que está errado en cuanto al concepto se refiere. Para entender esto mejor vamos a fijarnos en la palabra “personal” que viene de la palabra “persona”. Esta palabra hace referencia a una construcción que hacemos de nosotros mismos basada en los pensamientos y emociones que conforman el ego, por lo que la palabra persona es relativa al ego. Tener ego es lo normal, todos tenemos uno, de hecho es la herramienta que tenemos para aprender en esta vida, pero si le añadimos a la palabra persona la palabra crecimiento, estamos haciendo referencia a un crecimiento del ego. El trabajo terapéutico debe enfocarse en ir aprendiendo del ego e ir quitándole capas poco a poco, en cambio sí nos enfocamos en el crecimiento del mismo estamos cometiendo un error, ya que las palabras contienen todas una información que influye en lo que pensamos y hacemos, las palabras son unas herramientas estupendas para favorecer una u otra vibración en nuestra vida, es por ello que hemos de utilizarlas con cordura. Por este motivo considero más apropiado el término “desarrollo interno” ya que hace referencia a eso que está implícito en nosotros y que proviene de dentro, en definitiva hace referencia a lo que somos, a nuestro Ser. El Ser no crece ya que es infinito, pero sí aprende de la experiencia, se va desarrollando por tanto con toda la información que recogemos del exterior y a la que le damos un sentido de aprendizaje. El termino "desarrollo" tiene un sentido de desenvolver si seguimos la pista del origen de la palabra, tanto del anglosajón development cuyo origen está en dis-envelop o desenvolver, como del italiano sviluppo o envolver, la palabra “desarrollo” podríamos encuadrarla en un significado de desenvolver, descubrir o quitar la envoltura. Viene por tanto a traernos la información de mostrarnos y conocernos a nosotros mismos tal y como somos, y entender que no somos eso que hemos ido construyendo a lo largo de nuestra vida que tiene que ver con las creencias adquiridas a lo largo de los años, sino que somos fruto de una semilla que trae toda la información para simplemente ser, una semilla que contiene toda la información necesaria para simplemente desenvolverse. La idea es emprender un viaje hacia nosotros mismos, hacia nuestra verdadera esencia, a conectar con nuestra fuente y conocernos sin tapujos. Por todo esto considero más apropiado ir por el camino del desarrollo interno, enfocar la terapia poco a poco quitándole capas al ego y encontrarnos con nuestro Ser. Cuando somos capaces de saber quiénes somos, somos capaces de ver cómo son también los demás y el mundo que nos rodea, lo que nos permite abordar la vida como lo que es, como un viaje al conocimiento, y para descubrir y entender dicho conocimiento hemos de aprender a desarrollar nuestra esencia desde el interior favoreciendo para ello el desarrollo interno. Ainhoa Garmendia.
Por Ainhoa Garmendia 18 jun, 2020
NADIE PUEDE DAR LO QUE NO TIENE Para estar bien con los demás es necesario estar bien con uno mismo. En ocasiones pretendemos dar a otra persona aquello de lo que carecemos. En las relaciones de pareja, por poner un ejemplo, muchas veces buscamos llenar un vacío interno pensando que la otra persona nos hará feliz, y para llenar ese vacío interno buscamos algo en la otra persona, pero solo cuando somos capaces de manejar nuestra soledad, somos capaces de manejar una relación. Para llenar el vacío emocional interno es imprescindible comenzar a valorarse a uno mismo, aceptar nuestros defectos y nuestras virtudes como parte fundamental de nuestro propio aprendizaje, utilizar ese poder interno que todos llevamos dentro para sentirnos un ser completo. Es necesario valorase a uno mismo para poder valorar a los demás, aceptarse para aceptar, amarse para amar. El problema de las relaciones de pareja viene cuando dejamos de amar y empezamos a querer, cuando amamos a otra persona lo hacemos sin condiciones, porque el amor es incondicional, no busca nada a cambio, simplemente sucede. En el momento en el que empezamos a querer la relación se torna condicional, siempre que se quiere, se quiere algo a cambio, pensamos que hacemos algo por la otra persona y que por ese motivo el otro tiene que corresponder, querer implica la necesidad de aceptación del otro para el propio beneficio, se trata de un mecanismo de control y manipulación que solo nos lleva a la separación o a mantener una mala relación con la otra persona. Si nos unimos a otra persona con la intención de hacerle feliz, solo fracasaremos en el intento, para mantener una relación feliz hemos de sentir la felicidad dentro de nosotros, sentir que somos felices sin la otra persona, sentir esa felicidad incluso cuando el otro no está. Las parejas son un fiel reflejo de uno mismo, cuando me molesta algo de la otra persona he de reflexionar sobre eso mismo dentro de mí, si siento que el otro no me valora por ejemplo, he de hacer un ejercicio de introspección que trate de averiguar en qué momentos o en qué circunstancias no me valoro a mí mismo, o si necesito la presencia constante de mi pareja para no sentirme triste, puede que haya desarrollado una dependencia hacia el otro insana, por lo que será conveniente comenzar un proceso de rotura de lazos con todo aquello que me ata en la vida, sea o no mi pareja, y aprender que nunca se está solo, siempre se está con uno mismo. Cuanto más completo me sienta, más sanas serán las relaciones con los demás, si pretendo cuidar al otro cuando lo necesite podré hacerlo porque sabré cuidarme yo. Siente qué te molesta de la otra persona y sánalo en ti mismo, es necesario trabajar en las propias carencias y como herramienta indispensable el espejo que vemos en los demás, si conseguimos realizar ese aprendizaje el beneficio será para ambas partes y para los demás ya que todos formamos parte de un mismo organismo, el organismo humano. Aprende a ser feliz contigo mismo y encontraras personas en tu camino que rebosarán felicidad, cuanto mejor nos sentimos internamente mejor es el mundo que nos rodea. Ainhoa Garmendia Mente y Cuerpo
Por Ainhoa Garmendia 18 jun, 2020
MENTE Y CUERPO FUNCIONALMENTE IGUALES Hemos oído muchas veces eso de que lo que sucede en la mente se refleja en el cuerpo, que las enfermedades son procesos psicosomáticos o que si cambiamos nuestros pensamientos cambiará nuestra realidad, pero ¿sabemos cómo sucede todo esto? La mente es la encargada de los pensamientos, tenemos muchos más pensamientos de lo que podemos imaginar, de hecho se estima que el 95% de los pensamientos que tenemos cada día se alojan en el subconsciente, es decir, no sabemos que están ahí. Desde que nos encontramos en el útero de nuestra madre hasta el momento presente vamos conformando nuestros pensamientos, además de los esquemas que traemos heredados de nuestros ancestros con los cuales venimos a este mundo, estos pensamientos forman nuestras creencias. Cada persona tiene unas creencias determinadas y de esta manera entiende el mundo que le rodea. La información que entra del exterior es recogida por nuestro sistema neuronal, las neuronas son las encargadas del impulso eléctrico del cerebro que transmite la información. La información pasa de una neurona a otra y a otra hasta pasar por millones de ellas, creando una especie de carreteras de información, estas carreteras por las que pasa la información se hacen fijas con el tiempo, como un camino en el monte, de tanto pasar por él la hierba deja de crecer y cada persona que llega camina por el camino marcado sin más, de esta manera entran las distintas vivencias (información) en nuestro sistema. Si tengo un pensamiento las veces suficientes, el camino que recorre la información que lo conforma se hará fijo de manera que cada experiencia que tenga en la vida entrará en mi sistema por el camino marcado, para favorecer la creación de nuevos caminos es necesario hacer cosas nuevas, leer sobre un tema desde puntos de vista distintos, conocer personas nuevas, mantener conversaciones diferentes… Cuando tenemos un pensamiento se activa una zona determinada del cerebro que genera unas hormonas distintas, esto es, cada pensamiento desencadena un juego químico determinado que a su vez genera una determinada emoción. Para entenderlo bien: un pensamiento A genera una química A y a su vez una emoción A, un pensamiento B genera una química B y a su vez una emoción B, y así sucesivamente. De esta manera se comporta el pensamiento junto con la emoción, a determinado pensamiento le sucede determinada emoción. Para seguir entendiendo porqué la biología responde al pensamiento y a la emoción es fundamental poner el foco en la etimología de la palabra, la palabra emoción viene del latín emotione y significa movimiento, la emoción mueve literalmente el campo físico. En ocasiones las emociones nos hacen perder la perspectiva, la razón, los nervios, nos dejamos llevar por ellas y como resultado terminamos en situaciones que no nos gustan. Las emociones son como los caballos que tiran de un carro, son las que dan movimiento, si sabemos por lo tanto manejarlas correctamente nos llevarán por el lugar adecuado, pero si no sabemos manejarlas terminaremos sin duda donde no queremos estar ¿A quién no le ha pasado alguna vez? Al ir a intentar solucionar un conflicto, con la pareja por poner un ejemplo, por el camino vas pensando “le voy a decir esto, y esto, y esto…” “voy a mantener la calma… y lo vamos a solucionar”, pero cuando llega el momento y sin saber muy bien cómo ni porqué, te ves inmerso en una pelea de la que ya no sabes cómo salir. Los caballos te han llevado a un lugar al que tú no querías ir, por eso es tan importante aprender a manejarlas y apostar por terapias que nos enseñen a no engancharnos a ellas. Los pensamientos llegan a nosotros y se manifiestan a través de las emociones en el cuerpo, en él vemos todo eso que no se ve, actúa como chivato de lo que hay dentro pudiendo leer en él los esquemas que conforman nuestro pensamiento, no solo a través de los síntomas, observando la morfología de una persona podemos conocer muchas cosas de lo que guarda en su cabeza. Esta es la base de la terapia bioenergética que postuló Wilhelm Reich y que desarrolló posteriormente Alexander Lowen y que establece 5 cuerpos distintos con 5 tipologías de carácter distintas para cada uno. Hipócrates además ya apuntaba a una relación directa entre mente y cuerpo, estableció que según sea la composición de la sangre en cada individuo, éste tendrá un cuerpo y un temperamento determinado. Estos son dos ejemplos de científicos que desarrollaron la relación entre mente y cuerpo pero hay muchos más. Ainhoa Garmendia Mente y Cuerpo
Por Ainhoa Garmendia 07 may, 2020
QUÉ HACER CUANDO NO SÉ QUÉ HACER ¿Quién no se ha visto alguna vez atascado en su vida? Todo el mundo en algún momento siente que su vida no funciona, o que no le encuentra sentido a las cosas. Además de ser normal que esto suceda, cuando sucede es un buen momento para aprender, para cambiar lo que te hace daño y comenzar a viv ir de otra manera, pero la pregunta que se hace mucha gente es ¿por dónde empiezo? Si no sabes por dónde empezar lo más recomendable es que busques la ayuda de alguien que te pueda enseñar las herramientas necesarias para mejorar tu vida, bien sea un profesional o alguien cercano con la sabiduría suficiente como para poder ayudarte a salir del lugar en el que estás y ayudarte a vivir las cosas de otra manera. El problema muchas veces es que no somos conscientes de que funcionamos con programas instalados en el subconsciente, esto quiere decir que no sabemos que están ahí y que sin darnos cuenta manejan nuestra vida. Uno de los trabajos de la terapia es ir revelando esos programas para que se vuelvan conscientes. Con las herramientas adecuadas y con disciplina terapeútica podemos lograrlo. Por otro lado seguro que habrás oído hablar de “la zona de confort”, este es uno de los motivos por el cual nos cuesta cambiar, el motivo principal es que nos da miedo movernos de ahí porque es lo que conocemos y controlamos, por esto yo le he cambiado el nombre y lo llamo “la zona de control” porque, a pesar de no querer movernos de ella por lo general, no suele ser una zona muy confortable y el verdadero motivo para quedarnos en ella es que la conocemos y la controlamos, y en el fondo cambiar nos da miedo porque para ello hemos de movernos en terreno desconocido. El camino al bienestar pasa por salir de nuestra zona de control para descubrir que una nueva forma d vivir y de entender la vida es posible, y que siempre merece la pena pasar por un camino que, aunque al principio nos resulte pedregoso, al final llega a una zona confortable. Entre que no solemos ser conscientes de un montón de programas instalados en nuestra mente, y que nos cuesta movernos de donde estamos, una de las cosas más importantes y recomendables para cuando queremos cambiar, aunque no sepamos muy bien por dónde empezar, es hacer cosas nuevas. A la hora de hacer cosas nuevas hemos de pensar en elegir hacer esas cosas que siempre hemos querido hacer pero que nunca nos hemos atrevido a hacer, salir de eso en lo que, nos sintamos cómodos o no, tenemos bajo control, y experimentar la vida desde otro punto de vista. Pensar cosas nuevas, leer cosas nuevas, frecuentar lugares distintos, mantener otro tipo de conversaciones… son cosas de la vida cotidiana que nos ayudarán a establecer nuevas conexiones neuronales y a su vez a conectar con nuevas emociones que, sin duda, nos otorgaran un mayor bienestar si nos vamos haciendo conscientes en el camino del cambio. Ainhoa Garmendia Mente y cuerpo
Por Ainhoa Garmendia 11 abr, 2020
LA HUMANIDAD A JUICIO Vivimos tiempos de crisis, vivimos tiempos de oportunidades. Como en toda crisis tenemos la oportunidad de cambiar para alcanzar una vida mejor, es cierto que las crisis tienen la cualidad de tambalear las cosas y esto puede resultar desagradable en ocasiones, pero no podemos limpiar la casa si no levantamos un poco de polvo, de la misma manera en ocasiones es necesario aguantar las embestidas de la vida, cuando las cosas no van por el buen camino, la vida se revuelve, pero no es más que la manera que tiene de decirnos que por donde vamos, no vamos bien. Si observamos lo que la vida nos dice, nos damos cuenta de lo equivocados que estamos en muchos aspectos, vivimos en una sociedad enferma de violencia, de odio, de envidia… de miedo en definitiva, lo que nos está conduciendo al abismo. Tenemos un modelo sanitario que le da poder al médico sobre el paciente, un modelo policial que le da poder al policía sobre el ciudadano, un modelo político que le da poder a los políticos sobre el pueblo… y es hora de despertar a una nueva realidad, la realidad humana. Como toda moneda tiene dos caras, la manera de entender el mundo que nos rodea la tiene también, podemos elegir vivir en un mundo hostil, en el que le otorgamos el poder al médico, al policía, al político… un mundo en el que necesitamos que alguien cuide de nosotros, nos diga qué tenemos que hacer, nos dirija sin descanso, o podemos recuperar nuestro poder interno y decidir vivir en un mundo que entendamos amable, generoso y en el que podemos confiar. Pero para ello tenemos que sentir esa amabilidad, esa generosidad y esa confianza en nosotros mismos primero. La manera que tenemos de observar el mundo es un reflejo de lo que hay en nuestro interior, cuanto más nos sintamos en nuestro centro, mejor reflejo haremos en el mundo y sobre los demás seres humanos, que no dejan de ser parte de uno mismo, ya que yo como individuo no existo de forma individual, existo como alguien individuado que pertenece a un solo organismo, el organismo humano. Es por ello que es tarea de cada uno observar la vida que nos rodea como un mar en el que nos movemos y al que todos pertenecemos, un mar en el que todo lo que sucede nos repercute a todos. Hemos de recuperar nuestro poder interno, esa fuerza dentro de cada uno que nos dice lo que necesitamos en cada momento, eso que hace que nos sintamos en nuestro interior con nosotros mismos y con los demás. Recuperar una medicina más integrativa que tenga en cuenta a la naturaleza y que abandone el hábito de drogar al organismo hasta que éste deje de sentir y que le otorgue al paciente el poder de sanar, un paciente que necesita ser escuchado, comprendido, que le miren a los ojos, que le traten en su totalidad, no solo como a un cuerpo doliente, sino también como a un cuerpo, a una emoción, a un alma sintiente. Ahora tenemos la gran oportunidad de cambiar y descubrir la humanidad que habita en cada uno de nosotros, para ello hemos de mirar a la naturaleza y acercarnos a ella, cuidar de nuestro entorno, recuperar nuestros valores, dejar de mirar hacia afuera y mirar hacia adentro. Deseo que esto por lo que estamos pasando sirva para que cada vez más gente despierte a una nueva realidad, hemos de confiar en la vida, en el poder de la naturaleza, en las plantas, en la tierra, en una medicina, en un modelo policial y político en armonía con el ser humano y con su entorno, siempre fue así y al ser humano le iba bien, ahora vivimos una gran crisis y hemos de aprender algo de esto y crear una vida y un mundo mejor para todos. Tan solo confía en el ser humano, confía en la vida, confía en ti. Ainhoa Garmendia Mente y cuerpo
Por Ainhoa Garmendia 11 abr, 2020
TERAPIA BIOENERGÉTICA Aunque Alexander Lowen es el considerado padre de la bioenergética, su maestro y terapeuta Wilhem Reich puso los cimientos de esta terapia con sus estudios sobre la mente en relación con el cuerpo. La terapia bioenergética establece una relación directa entre lo que pensamos y la forma que tiene nuestro cuerpo, es decir, según sean nuestros pensamientos y creencias así será nuestro cuerpo. Para ello establece 5 tipologías distintas de carácter con un esquema mental y unas emociones asociadas, cada uno de estos caracteres se estructura en función de un trauma vivido en la infancia desde el útero materno hasta los siete años de edad, según sea la vivencia traumática y la edad en la que dé, se establece en el individuo uno u otro carácter. Ningún individuo posee un carácter puro, cada persona tiene un carácter básico y rasgos de otros, de modo que es conveniente observar el cuerpo en su conjunto para poder hacer un correcto diagnóstico del carácter de una persona, el ojo adiestrado de un terapeuta bioenergético está preparado para ello. De esta manera tenemos que para un carácter A se asocia un esquema de pensamiento A, unas emociones A y un cuerpo A, para un carácter B se asocia un esquema de pensamiento B, unas emociones B y un cuerpo B, y así sucesivamente. Los 5 caracteres son: Carácter esquizoide: El tipo de trauma para que se origine este carácter tiene que ver con una madre fría y hostil, y el momento en el que se origina es desde que el bebé está en el útero materno hasta el primer mes de vida sobre todo. En estas condiciones el bebé siente que ha llegado a un mundo que no le quiere y que le rechaza, desarrollando a medida que va creciendo, un esquema de pensamiento y emocional asociado que tiene que ver con que el mundo en el que vive es hostil y por ello ha de huir de él. Carácter oral: Se da en los primeros meses de vida y está relacionado con la escasez, el bebé experimenta una falta en su sustento, la madre no aporta lo que el bebé necesita a nivel nutricional y/o afectivo. La sensación por lo tanto será la escasez, el esquema mental será que el mundo es un lugar en el que no recibe lo que necesita y que el mundo le debe lo que no le dio en su momento, tiene una sensación constante de ser la víctima de todas las situaciones por las que pasa. Carácter psicopático: Sucede entre los 6 meses y los 2 años de edad, tiene que ver con el progenitor del sexo opuesto que seduce al niño en un intento de suplir sus carencias afectivas de pareja, el niño a su vez imita al padre o madre siendo seductor también y viendo al progenitor de su propio sexo como rival a vencer. Desarrollará por lo tanto un esquema competitivo y de lucha por el poder, entendiendo que el mundo es un lugar en el que si no pelea le traicionaran ya que en un momento dado el progenitor que le ha seducido le sustituirá por su pareja. Carácter masoquista: Ente el año y medio y los 3 años. La expresión del “no” del niño es reprimida, el niño en esta fase necesita decir “que no” para autoafirmarse, la formación de este carácter tiene que ver también con el control por parte de la madre de la alimentación y la evacuación del niño, es decir con lo que entra y sale (comida, heces y orina). La programación que se forma tiene que ver con la contención y la necesidad de sentirse independiente (madre excesivamente controladora). Carácter rígido: Es el que se da en una edad más tardía, entre los 3 y los 6 años. El niño comienza a vivir la sexualidad a su manera y siente un rechazo por parte de sus progenitores en su intento de acercamiento y entrega amorosa a la hora de descubrir su cuerpo. Además se espera del niño una conducta ejemplar, el niño ha de ser formal y portarse bien y cuando no lo hace (es un niño) entiende que no recibirá amor. El programa que en él perdurará es el de mostrarse perfecto, productivo, dentro de la norma, por otro lado entiende que los sentimientos le son negados como le pasó de niño y le costará aunar el amor y el sexo, o ama o tiene sexo, además le costará sentir y mostrar sus sentimientos no solo en público sino también en privado. Es el carácter más predominante en nuestra sociedad. Ainhoa Garmendia. Mente y Cuerpo
Por Ainhoa Garmendia 11 abr, 2020
SOBRE LAS EMOCIONES Todos hemos oído hablar de las emociones, pero no todos y no siempre, sabemos manejarlas. En ocasiones clasificamos a las emociones en buenas y malas, pero no existen emociones buenas o emociones malas, solo existe la manera en la que vivimos esas emociones. La cuestión es: ¿soy yo quien maneja mis emociones o son ellas las que me manejan a mí? Como todo en la vida, no se trata de lo que sucede, sino de cómo vivimos lo que sucede, ante la misma situación cada persona actúa y siente de distintas maneras, esto no solo sucede porque cada persona tiene unos esquemas diferentes y por tanto una manera de entender las cosas diferente, sucede también porque hay personas que han aprendido a manejar sus emociones y otras que no han sabido hacerlo. Para entender esto de manera sencilla vamos a imaginar un coche de caballos en el que los caballos son las emociones, si sabemos dirigir bien los caballos, éstos nos llevarán donde nosotros queramos, pero si no lo hacemos bien, los caballos irán por su cuenta, puede que queramos ir a Paris por ejemplo, y ellos terminen llevándonos a Tokio, siendo ellos los que dirijan el coche. De la misma manera funcionan nuestras emociones. ¿Quién no se ha encontrado alguna vez en una situación en la que queriendo manejar sus emociones, han sido ellas las que le han manejado? Un clásico ejemplo lo tenemos en las relaciones de pareja, hay un conflicto por ejemplo, y las dos partes quedan para solucionarlo, cada uno va pensando por el camino “le voy a decir esto y esto..” “voy a estar tranquilo o tranquila… y lo vamos a solucionar” pero llega el momento de la conversación y sin saber muy bien cómo, la cosa se descontrola, uno pierde los nervios, el otro también, y no se soluciona nada. Tenemos a los caballos descontrolados una vez más, queríamos ir a Paris y hemos terminado en Tokio. Por todo esto es conveniente aprender a manejar las emociones, para no vernos en situaciones en las que sean ellas las que nos manejen a nosotros. O porque simplemente estamos atascados emocionalmente y no somos capaces de liberar la emoción, una emoción que si se queda dentro nos puede dañar profundamente traduciéndose en síntomas o en tensiones musculares. Tener buenas herramientas para una correcta gestión emocional es importantísimo, así como utilizar bien estas herramientas. Ainhoa Garmendia. Psicoterapia mente-cuerpo
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